Implantes dentales
Los implantes dentales son dispositivos médicos utilizados para reemplazar las raíces de los dientes perdidos. Están diseñados para fusionarse con el hueso de la mandíbula o el maxilar y servir como una base sólida para las prótesis dentales, como coronas, puentes dentales o dentaduras.
Un implante dental típico consta de tres partes principales:
- El implante: Es una especie de tornillo de titanio o aleación de titanio que se inserta quirúrgicamente en el hueso de la mandíbula o el maxilar. Este implante actúa como la raíz del diente artificial.
- El pilar o conector: Es una pieza que se coloca sobre el implante y sirve como una conexión entre el implante y la prótesis dental.
- La prótesis dental: Esta es la parte visible del implante, que puede ser una corona individual, un puente o una dentadura completa, dependiendo de las necesidades del paciente.
Los implantes dentales ofrecen varias ventajas sobre otras opciones de reemplazo dental, como puentes o dentaduras postizas. Estas ventajas incluyen una mayor estabilidad y funcionalidad, una apariencia más natural, la preservación del hueso de la mandíbula y una mayor comodidad para el paciente.
Los implantes dentales suelen requerir un proceso que puede tomar varios meses, ya que implica la colocación del implante en el hueso, permitiendo que este se integre y se fusione con el hueso circundante en un proceso llamado osteointegración. Una vez que el implante está firmemente integrado, se coloca la prótesis dental sobre él, completando así el proceso de restauración dental.